A lo mejor no era tan fácil ser Presidente


No puedo evitar acordarme de la famosísima frase atribuída a nuestro actual Presidente del Gobierno, recogida en el libro «Madera de Zapatero» por su hagiógrafo Suso de Toro, y recordada, repetida y parodiada hasta la saciedad: «Sonsoles, no te imaginas la cantidad de españoles que podrían ser Presidente del Gobierno». Sólo que estos días no consigo encontrarle la gracia. No digo que Zapatero no fuera sincero cuando le dijo eso a su mujer, si es que lo hizo. Tampoco lo contrario. En realidad no tengo ni idea de lo que puede pasar por la cabeza de nuestro Presidente, y tengo la impresión de que eso también les pasa a personas supuestamente cercanas a él. Pero los hechos son los que son, y estos días estamos recogiendo los frutos de los seis años en los que ha ejercido la máxima responsabilidad en la gestión de los asuntos de España. No me duele especialmente el recorte del 5% de mi sueldo que como funcionario me va a corresponder. No es un drama. Sé que hay otros muchos que lo tienen mucho peor.

Tenía intención, al iniciar este post, de hacer una comparativa entre el ahorro que suponen las medidas adoptadas por el Gobierno  (congelación de las pensiones, recorte del sueldo de los funcionarios, eliminación de ayudas sociales…) y otras que podría adoptar, o que podrían llevar a cabo los gobiernos autonómicos o municipales (televisiones públicas, servicios meteorológicos de la señorita pepis, asesores, «embajadas» de las Comunidades Autónomas…). Pero para eso hay gente que sabe mucho más que yo y que lo va a explicar mucho mejor.

Así que me limitaré a hacer constar la inmensa tristeza que me produce haber llegado a esta situación. Vale que haya iluminados que crean que ser Presidente del Gobierno de un país como España está al alcance de cualquiera, y no hay más que escuchar las charlas de café para constatar que cualquier tertuliano se reconoce a sí mismo esa capacidad, al igual que la de seleccionador nacional de fútbol, crítico de arte o meteorólogo, entre otras. Pero quizá se debería habilitar algún mecanismo para que alguien que no ha desempeñado ningún cargo público en su vida, sin experiencia alguna de gestión, sin los más mínimos rudimentos de inglés ni conocimientos de econonomía, sin más bagaje político que haber calentado un escaño en el Parlamento durante varios lustros o haber sido presidente de alguna agrupación regional de su partido, llegue, por una serie de carambolas del destino, a desempeñar tan alta responsabilidad.

Pienso que la Historia no va a ser generosa con José Luis Rodríguez Zapatero, como sí lo ha sido con sus predecesores Adolfo Suárez , Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González, a pesar de algunos importantes errores. Incluso es posible que, cuando pase suficiente tiempo, acaben pesando más las luces que las enormes sombras de la era de José María Aznar. Pero, ¿qué será lo que recordemos positivamente de los años de Gobierno de Zapatero? ¿Su política social, en la que ha tenido que dar un brusco parón y marcha atrás? ¿Su (supuesta) ampliación de derechos de los ciudadanos españoles? ¿Su optimismo antropológico? ¿La «conjunción planetaria» con Obama que finalmente se ha traducido en un tirón de orejas del Presidente de los E.E.U.U. a Zapatero para que haga los deberes?

No lo tengo nada claro. Lo que sí tengo claro es que para ser Presidente del Gobierno, Sonsoles, no vale cualquiera.

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4 respuestas a A lo mejor no era tan fácil ser Presidente

  1. Francisco Salamanca Jr. dijo:

    Delenda Zapatero

    Rezuma la musiquilla de la cucaracha en mis oídos cuando te escribo estas líneas, pues este artículo me ha hecho pensar en la de veces que, de una forma más o menos consciente, pero en cualquier caso denodada, has intentado des-sotiacizarme, bien a mi pesar y desenvuelta resistencia.

    No soy Zapaterista, o no necesariamente, pero me duele la forma en que, de una forma lenta, pero progresiva, se esta procediendo a su ritual de inmolación. Y me inquieta, como demócrata convencido, antes incluso que socialdemócrata. Me explico, mientras vas afilando el cuchillo trinchero, hale.

    Durante los 4 primeros años hubo superavit en las cuentas del Estado. Eran años de vacas gordas, que dieron pie a todo tipo de avances sociales –algunos de ellos pienso que históricos-. Hubo, por supuesto, errores de bulto, como lo de los cheques en blanco (los 400 euros, lo de tener hijos…). Pienso que habría sido mejor bajar los impuestos en función de ciertos conceptos (por tener hijos hasta los 18 años, por ejemplo…), que habría sido percibido de forma más positiva y el gasto habría sido muuuucho más escalonado. Pero bueno, se hizo.

    Se le reeligió. Y llegó la crisis. El rey estaba desnudo: comenzó a esquivar el tema, luego a hablar con eufemismos y, finalmente, reconoció lo que todo el mundo sabía, mientras los churretones de mierda iban cayéndole desde la frente y las patillas. Vale.

    Es evidente que no se esperaba lo que se le vino encima. Y el pobre no tenía la culpa más que en parte, porque a) la crisis es mundial; b) porque esta crisis ha sido agravada, de forma endógena, a causa del modelo de desarrollo basado en la construcción… que puso en marcha el primer PP, especialmente en las CCAA donde ha gobernado (Madrid, Valencia o Murcia, como casos más destacados). Y ha dado pasos en todas direcciones, sin marcar ni una línea, ni presentar un plan, más allá de poner paños calientes (para salir de la crisis no hay que hacer recortes, sino cambiar toda una concepción del sistema económico… o volveremos a tener otra igual, antes o después).

    Pero es que no veo muy bien qué otra cosa podría haber hecho sin tocar la política social que ha llevado a cabo durante su mandato, hasta Merkel y Obama le dieron un ultimátum: o metes tijera al abuelo y al funcionario, o te metemos en el saco de Grecia, y que se prepare el Ibex. De hecho, hasta aquí ha llegado algún cuchicheo sobre todo tipo de miserias al uso.

    Atención, en la economía global, lo que pone y quita rey son las perspectivas de los mercados. Y esas perspectivas frecuentemente están alimentadas con rumores más o menos fundados. La información al servicio de economía y finanzas. Si te interesa el tema, te recomiendo que leas a Edmund Phelps, un pollo que me ha cambiado la vida en varios aspectos: defiende que el crecimiento económico a largo plazo se debe apoyar en la educación y en el I+D, que hay una relación directa entre inflación y tasa de paro (para que la inflación sea baja, se debe crear empleo), por ejemplo.

    Volvamos. No estoy de acuerdo con la gestión que ha hecho de la crisis, vale. Pero tampoco veo muy bien qué se podría haber hecho en ese momento fatal, hace unos días. Y peor, no veo, ni mucho menos, a otros partidos arrimando el hombro. Hace algunos días te envié un artículo (“El asesinato político de ZP”, de José Luis Álvarez), donde se decía que casi todos los presientes de Gobierno en España han acabado por ser políticamente diseccionados por los suyos. Menos Aznar.
    Un segundo dato en mi particular teoría de la conspiración, la certeza del acoso y derribo que la derecha practicó sobre los presidentes socialistas (el último Felipe González y este ZP), para preparar el terreno. Y eso, sin una sola proposición, sin un programa alternativo… ni nada, coño. Váyase, señor Zapatero, creo escuchar a Cospedal cada vez que sale en la tele.

    Tercera revelación, el caso Garzón. El hecho de que los muertos de la Guerra civil (o de la posguerra) no puedan tener un entierro digno, nos pone a la altura de Ruanda. Pero también refleja el poder que aún conservan las entonces elites del país. Y, desde la distancia, lo que están haciendo con Garzón es marcar el territorio. Hay cosas que no se tocan: ni la Victoria, ni los negocios, por lo del Gürtel.

    La información al servicio de la economía y de las finanzas. Y de la política. En particular, si esa información va acompañada de todo tipo de rumores, pacientemente (y exponencialmente) alimentados desde los medios de comunicación que se tienen a mano.

    Francamente, no creo que cualquiera pueda ser presidente de Gobierno, pero estoy convencido de que hacen falta algo más que unas cuantas carambolas para llegar a ello. Y no es que conozca mucho la vida y milagros de Zapatero, pero creo que éste fue diputado por León en tiempos de la regulación de las minas de carbón, con huelgas del Copón en el sector y sindicalistas con bastante mala follada con los que se tuvo que negociar. Y creo que fue el quien lo hizo, así que tan malo ni tenía que ser… y no soy Zapaterista, reitero, pero, en cualquier caso,

    Delenda, Zapatero.

    • alexroa dijo:

      Sobre Zapatero, ya no hay más que decir, me parece. A estas alturas la población española está dividida sobre su valoración. A una mitad le parece un idiota bienintencionado. A la otra mitad, un idiota malintencionado. Y que conste que yo estoy en la primera mitad, pero lo que hay es lo que hay.

      Y sobre la película que se ha montado alrededor de Garzón, esa «víctima de la ultraderecha», sí que habría mucho que hablar. ¿Es que son de derecha o de ultraderecha todos los jueces del Supremo y del CGPJ que han votado por suspenderle, o el que lleva una de las tres causas que se le siguen, el juez Varela, fundador de Jueces para la Democracia? No cuela. Aquí hay otras muchas cuestiones en juego, básicamente el poner coto a un juez que se salta las reglas a su antojo, y el truco de señalar para otro lado no va a servir para nada. Al menos eso espero. Y a diferencia de Zapatero, no creo que Garzón sea un idiota bienintencionado, sino un tipo listísimo y, si no malintencionado, al menos un egocéntrico de cuidado. Almodóvar y él se echan carreras.

  2. Francisco Salamanca Jr. dijo:

    Delenda Zapatero

    Repuesta a las 4h16… ¡Joder con Batman! Si tienes insomnio, píllate un “taxis”, como De Niro. O El Fari, su alter ego mesetario.

    Considero que Garzón era un axioma en el truño que graciosamente me publicaste más arriba (y que espero que me respondas, especialmente sobre lo que piensas en cuanto al papel de la rumorología y del “calumnia, que algo queda” en la política actual) pero bueno, al grano.
    Conociéndote, me consta que podríamos hablar mucho del tema, aunque me temo que coincidiríamos en muchas cosas (y eso le quitaría bastante sal).

    A ver. Que no tiene de tonto un pelo. Sí. Que es un egocéntrico de cojones. Sí. Que es un chapucero…. Hummm, sí. Pero me alegro que se haya metido en el berenjenal de los muertos por el franquismo porque no me parece de recibo en un país civilizado. Y de eso, si quieres, hablamos en una de estas, porque a mí eso de que tu padre esté enterrado en una cuneta y que no te dejen desenterrarlo para llevártelo a otro lado, no me entra en la cabeza.
    Y que se cuestione, me parece simplemente amoral, por mucha ley de amnistía que haya, o de punto final (o de silencio cómplice).

    Y no, no estoy haciendo una teoría sobre una conspiración de los ultras (para eso ya está El Mundo, y su furgoneta). Pero desde la distancia, se percibe así, y ya he hablado de esto por aquí, en París, con más gente con un CI presumiblemente normal. Es decir, que “el dinero” no ha cambiado demasiado de manos desde el tardofranquismo, y que, de vez en cuando, se limitan a marcar el territorio y recordar quien es el que manda. Queda la cosa en stand-by, pues intuyo que vas a hacer jugosos comentarios al respecto.

    Por eso, lo que (me) da que pensar no es que se procese a Garzón, sino que se le procese justo en el momento en el que se está tirando de una madeja de la cual pueden salir purgarrones del tamaño las monedas de 1 euro, con el Gürtel. Y 3 veces, en las cuales se arriesga a que le cierren el chiringuito (le revoquen de la carrera judicial) y le metan el la cárcel. En codificado, parece un mensaje (ejemplarizante) evidente a navegantes. En claro: pa’ que espabile, a ver qué se ha creído.

    Lo que no se ha medido a tiempo son las consecuencias de todo ello. Porque si siguen así me le van a hacer Nobel de la Paz, que pa’ enredar en esas cosas, los franceses dan varias vueltas a todo el mundo, y aquí, después de Bardem, Almodóvar y Arrabal (y no necesariamente en ese orden), nuestro juez es una celebridad hispana.
    Me temo, para sus críticos, que en todo el mundo Garzón es el tipo que mando al carajo a Pinochet, a los Coroneles en Argentina y cuyo aporte para acabar con ETA ha sido inestimable. Se le está dando bombo y ello esta haciendo que por todas partes se tomen posiciones sobre el caso. Y, en ese sentido, la cuenta atrás ya está en marcha, créeme. Ya veras la próxima primavera, en Estocolmo.

    Y me voy, que tengo una clase. Au revoire, Oscar Ladoire

    • alexroa dijo:

      Me parece muy interesante la visión que hay en Francia sobre Garzón, que imagino que puede ser un buen ejemplo de lo que se percibe por ahí fuera. Pero me voy a pensar la respuesta, que el tema tiene miga.

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